lunes, 25 de noviembre de 2013

La paradoja de las listas electorales abiertas


Romper una paradoja es el colmo. Algo peor que sacarse cartas de la manga...es no tener reglas, las pocas que hay inventárselas y ni siquiera cumplir con esas reglas.
Las elecciones son la democracia en acción. La gente va a las urnas a expresar sus preferencias, y de alguna manera hay que agregar las preferencias de muchas personas para tomar una decisión conjunta. Así, la elección del método de votación es crucial ¿Existe un método de votación ideal?


Pues bien, las decisiones que se toman en democracia no siempre reflejan el deseo de cada individuo, ya que el resultado final de la votación depende ineludiblemente del sistema de votación. Por lo tanto, no existe ningún sistema de votación y recuento que sea perfecto. Siempre habrá un sistema que beneficie a un grupo más que a otro, y viceversa.


En el próximo apunte vamos a probar que quien escoge la forma de votación controla los resultados de la misma, y por eso es tan importante para la sociedad civil la tesis de que a nosotros nos conviene más el sistema de doble vuelta, y plantearemos la inutilidad de las listas abiertas.


No existe el sistema perfecto que consiga que lo que quieren todos los votantes se refleje en el resultado de la votación, y todos los sistemas de recuento fallan en algo. Puede sonar a fiasco, pero la democracia no es perfecta, pero hasta ahora no se ha encontrado un mejor sistema políticoi
Para demostrar que la forma de recuento, sea la que sea, es imperfecta utilizaremos un juego de lógica que nos lleva a la llamada la paradoja de Concordet.
Paradoja de Concordet
Cuando se elige entre dos candidatos no hay problema: el que tiene la mayoría de votos gana. En el caso de tres o más candidatos la cosa se complica y la respuesta es menos obvia.

Matemáticamente podemos formalizar la cuestión de esta manera: Concordet llama “función de elección social” a la función que a partir de una lista de candidatos clasificados por orden de preferencia escoge una sola alternativa: el "ganador" de las elecciones. Entonces la pregunta es: ¿ podemos hallar una "buena" función de elección social que represente de forma real " la voluntad del pueblo" ?

Considere la siguiente situación con 3 electores y 3 candidatos :


A prefiere a B lo expresaremos A>B (no A mayor que B)

Orden preferencia votante 1  A > B > C

Orden preferencia votante 2  B > C > A
Orden preferencia votante 3  C > A > B

Y aquí viene la paradoja: no importa quién esté seleccionado como elección social (ganador) en esta lista de 3 candidatos, ya que 2 /3 de los votantes no estarán conformes con el resultado. Eso implica que el grupo de los dos candidatos perdedores preferirá a otro candidato distinto al elegido por la función de la elección social.
Por ejemplo, si A es elegido como el ganador entonces los votantes 2 y 3 preferirán C (lo que tienen en común en primer lugar)  C > A, así que C sería el ganador; y esa es la paradoja porque A ya había ganado.

Este puede ser un buen punto de partida para reflexionan sobre el papel de terceros
partidos en la política, y la conveniencia de la doble vuelta y que sean 2 los que al final compitan por la presidencia o el cargo de diputado: además de garantizar la representación es lo más honesto y el sistema que garantiza la democracia formal. El elegido ya automáticamente representa a todos: hay representatividad democrática; y es por lo tanto lo que le conviene a la sociedad civil. También plantea la cuestión de si lo de los repartos proporcionales son un pretexto para repartir cargosii.
Paradoja de Arrowiii

La paradoja de Arrow establece que no es posible diseñar reglas para la toma de decisiones sociales o políticas que obedezcan a un cierto conjunto de criterios "razonables".
Veamos lo de “razonable”:
  1. (ND) No hay dictadores: el resultado no siempre debe ser idéntico a la clasificación de una persona en particular. En otras palabras, puede ocurrir que te quedes con las ganas de que salga tu opción preferida porque si no serías como un dictador que impones tu deseo al de los demás.
    Ahora conviene entrar en el concepto de pareto, que simplemente es una distribución de frecuencias. Ver diagrama de Pareto: está muy bien explicado, y si se quiere información adicional acudir a este enlace.
    Vamos a considerar que El símbolo > significa “prefiere a...” ejemplo A > B se traduce en “prefiero A a B”
  2. ( PE) Pareto Eficiencia: si cada votante prefiere el candidato A al candidato B, entonces el resultado debe clasificar al candidato A por encima del candidato B.
    A>B
  3. (IAI) Independencia de alternativas irrelevantes: la clasificación relativa de los resultados de los candidatos A y B no deben cambiar si los votantes cambian la clasificación de otros candidatos, pero no cambian su respectiva clasificación de A y B.
    Es decir, si los votantes mantienen A>B no importa lo que los votantes hagan con todos los que vayan detrás de esos dos primeros. O de otra forma: consideraremos nada más que a los dos primeros.
A Autonomías No
B Autonomía Sí
C Quitar competencias
Los votantes clasifican todas las opciones por su orden de preferencia, y de acuerdo a esas preferencias el método produce un resultado: una lista que va de la opción que te gusta más a la que te gusta menos. Se trata de ver cómo podemos jugar con todas las listas para llegar a una lista final “ideal” que represente la "voluntad del pueblo conjunta".
Pero el Teorema de Arrow dice: Para las elecciones con 3 o más candidatos (en nuestro caso, tres opciones en la consulta), no hay una función de bienestar social que satisfaga ND, PE, y IAI; y si la hubiese necesariamente debería ser un dictador (da igual las preferencias de los demás, sale por decreto la que quiere B, por ejemplo)
Supongamos que:


Caso 1 CCAA No 45 votos A > B > C
Caso 2 CCAA Sí   40 votos B > C > A
Caso 3 CCAA Regular transferencias 30 votos C > A > B
Directamente vemos que el ganador es A, ya que tiene la mayoría simple con 45 votos.
Pero es que aplicando a Concordet nos quedan 70 votos y 70 votos no quieren quitar las CCAA, con lo cual se da la paradoja: ¿nos quedamos con los 45 o con los 70...pero es que los de los 45 han ganado y los de los 70 salen muy cabreados porque suman más que A
Aplicad esto a nuestro sistema listas abiertas o cerradas. Además, ¿qué sistema seguirían con las listas abiertas? Si fuese el de mayoría simple se daría la paradoja de Arrow...y eso con tres candidatos. No quiero imaginar con una lista de 45 candidatos.
Por lo tanto, la solución a Arrow y Concordet es la doble vuelta, la que tienen en Francia.
Después de esto espero que, como yo, os quedéis a cuadros cuando os hablen de listas abiertas como solución a la democracia. Ninguna lista tiene representatividad, ya que todas plantéan una paradoja. 

Los políticos de los partidos que surgen nuevos deberían defender la doble vuelta, entre otras cosas, si de verdad quieren cambiar las cosas.
Vicente Jiménez


Notas
i Entendiendo básicamente donde se equilibren el poder y la sociedad civil a través de unos representantes y exista una división tajante entre el poder ejecutivo y legislativo.
iiLa matemática detrás del hecho : El estudio de las funciones de elección social y otras cuestiones conexas se llama la teoría de la elección social, un subcampo de la teoría de juegos.
iii Kenneth Arrow fue premio Nobel de Economía en 1972, junto con el británico Sir John R. Hicks, por sus teorías sobre el equilibrio general económico y el bienestar.

Bibliografía

Wilkipedia http://es.wikipedia.org/wiki/Paradoja_de_Arrow>
Su, Francis E., et al. "Arrow's Impossibility Theorem." Math Fun Facts. http://www.math.hmc.edu/funfacts>

Mud Math Fun FactsArrow's Impossibility Theorem”

Rodriguez Uria, MªVictoria y Hernández Elena, Consuelo. Elección Social y Teorema de Arrorw> Elección Social Teorema de Arrow . - Facultad de Economía y … formato pdf
...7...
Curiosidades http://www.matifutbol.com/es/guante.html

domingo, 17 de noviembre de 2013

Carta abierta a los partido civilizados



Un partido civilizado es aquel que surge directamente de la sociedad civil y pertenece a la sociedad civil

Cuando la tragedia se convierte en crónica es señal de que algo se hizo y se continúa haciendo mal.
Ya he justificado desde sus raíces no con opiniones sino con criterios basados en Montesquieu, Locke, Hobbes, Maquiavelo y distintos pensadores de peso el verdadero significado de la democracia y cómo ésta no existe en Europa. Solo se le acercan tres países: Francia, Gran Bretaña y Suiza.

Francia dispone de un sistema democrático impecable excepto por un nimio detalle en la separación de poderes: cuando el presidente del gobierno es elegido a doble vuelta con toda la representación de la sociedad civil ya garantizada (gracias a la doble vuelta), necesita del apoyo de la cámara para ser envestido Presidente del Gobierno. 

El legislativo y ejecutivo se unen durante esa consulta, y en una democracia formal jamás deben hacerlo; ni siquiera por un instante. Excepto por ese pequeño detalle Francia goza de una democracia muy sana.


Inglaterra tiene una representación de los ciudadanos casi completa, excepto en que los representantes de distrito son nombrados por mayoría simple y no a doble vuelta, que es lo único que garantiza la representación: la mayoría absoluta que proporciona la doble vuelta no deja fuera a nadie. Las mayorías simples tienen el inconveniente de dejar fuera de juego a los perdedores.  Y aún así, el miedo a que los mismos votantes los echen del cargo hace que los ciudadanos se hallen bien representados por sus MP o Members of Parliament, como denominan ellos a sus representantes de distrito en el Parlamento. Ahora bien, donde falla la democracia es en el sistema parlamentario, ya que no es el pueblo quien nombra a PM o primer ministro, sino el Parlamento.


El único lugar donde se cumplen todas las condiciones de la democracia formal es en EEUU, ya que es el pueblo quien nombra directamente a su presidente sin que intervenga ningún otro poder en ese nombramiento: la separación de poderes es impecable así como el control de unos poderes sobre otros y la representación ya la quisiéramos nosotros..


Si deseamos resolver los problemas de nada sirve rasgarnos las vestiduras por lo que está pasando. Todo, absolutamente todo lo malo que ha ocurrido, ocurre y nos pueda acontecer políticamente es consecuencia lógica e inevitable del sistema de partidos incrustados en el estado que sufrimos en Europa en mayor o menor medida . De ahí también que la corrupción haya incidido mucho más en el arco Mediterráneo, ya que todos los países que lo constituyen se gobiernan mediante sistemas de partidos estatales. Y ello nos lleva a una terrible cuestión, ¿es que en España o Italia y Grecia nuestros gobernantes son mucho más corruptos y gente menos honrada que lo puedan ser en Suiza, Francia o Inglaterra? ¿A qué se debe que nuestros políticos jamás dimitan por los desastres que ocasionan o corrupciones astronómicas en las que se ven envueltos y, en cambio, por cualquier nimio (según nuestros estándares) escándalo vemos que un representante del parlamento ingles puede verse obligado a dimitir fulminantemente, por ejemplo, por no pagar una multa, ser detenido conduciendo con tasas de alcohol o ser descubierto recogiendo en su  coche a una prostituta?

¿Qué hace que las acciones de los políticos, tanto en la esfera política como incluso en la privada, tengan consecuencias para unos políticos y provoquen dimisiones fulminantes en unos lugares sí y en otros no? ¿Es por una cuestión moral por parte unos representantes arrepentidos que presentan dimisiones voluntariamente en unos países sí y en otros no lo que está en juego? ¿Los políticos son morales en unos países y amorales en otros?

Cuando Maquiavelo tan acertadamente separó la moral de la política nos dio la respuesta a esas cuestiones: las dimisiones y las imputaciones nada tienen que ver con la moral sino con el sistema. Es función de si se da la separación absoluta e impermeable de poderes o/y representación, o no. En el sistema democrático formal todos los poderes se vigilan celosamente entre sí manteniendo una tensión perpetua. En ese caso, la democracia no nos garantiza la honradez de los políticos al cien por cien, pero si nuestros representantes saben que sus acciones tendrán consecuencias inmediatas en caso de descubrirse; ya sea por parte de los ciudadanos, que los podrían obligar cesar y sustituir, o por la justicia, que los puede imputar y castigar; la cosa cambia. No es comparable la impunidad con la que los políticos pueden actuar cuando se encuentran bajo el paraguas de la ausencia de democracia; especialmente cuando el tiempo transcurre haciendo crecer la corrupción como una bola de nieve rodando que jamás para gracias a un sistema en el que todos tienen por qué callar. Obviemos los ejemplos, que es en lo que inciden los medios sin ofrecer nunca una solución tan simple como la que nos estamos planteando y que, desde luego, no interesa difundir.

Los modelos ayudan a entender los fenómenos
Imagina que regalaran los carnés de conducir simplemente confiando en la honradez de que el conductor cumplirá con las normas de circulación, y que el conductor se supiese impune cuando se salta un semáforo. Esa es la situación en la que hemos colocado a nuestros políticos: no es justo para ellos, ni para nosotros, porque deja la decisión en la conciencia de cada uno (Maquiavelo ya separó la moral de la política). Imagina también, que para mejorar las cosas viene un jefe de tráfico y dice: tranquilos, pista libre que la carretera es de todos; no tiene dueño: eso es, por ejemplo, lo que hizo Zapatero cuando dijo que el dinero público no era de nadie y dio barra libre a los políticos para gastar . Ese dislate; esa insensatez la pudo hacer ZP por gobernar en una partidocracia; jamás se hubiese atrevido en una democracia. Ni ZP hubiese sido el ZP que conocimos, ni Rajoy ni Aznar ni Felipe González en una democracia constitucional hubiesen actuado igual. 

Ese es el secreto: representación y separación de poderes. La fórmula es tan simple que muchos, aunque actúan de buena fe, aunque esté delante de sus ojos no la ven. Si se intentasen montar nuevos partidos parcheando los defectos de la presente partidocracia; poniendo cortafuegos a los Estados de Partidos, aunque ganasen la elecciones al final llegarían al punto de partido que querían evitar: alguien se saltaría el semáforo, y luego otro, y luego otro; y al final se taparían entre ellos. No podemos cargar en las conciencias de nuestros representantes la tentación: deben saberse hipercontrolados y que  serán responsables personalmente de lo que hagan. 

Entérense Vds... no hay vida para la sociedad civil dentro de ninguna dictadura de los partidos estatales; así de simple. Ya los podemos edulcorar con listas abiertas o con lo que queráis. Solo un poder puede detener a otro poder, nunca la sociedad civil dispondrá de poder si no partimos de un representante de distrito con mandato imperativo, si no tiene un intermediario de verdad que la represente: entonces sí se constituye la sociedad civil en un poder a través del colegio electoral de cada distrito; controlando a su representante, es decir, alguien que esté por ellos proponiendo leyes y peleando por sus intereses.

La cruda realidad es que la partidocracia no se puede parchear porque no divide poderes y carece de representación: hacerlo sería como intentar que una dictadura se convirtiera por actos de buena fe en dicatablanda:

  • Nosotros somos honrados y si entramos esto no volverá a ocurrir.

Craso error: corregir la inercia de un sistema que funciona mediante consensos y cuyo fuel es en muchas ocasiones la corrupción resulta una labor imposible. Es el sello de todas las dictadura de partidos del arco Mediterráneo, y por esa razón precisamente tenemos todos los mismos problemas. 

No es que seamos personas más corruptas por estos lares bañados por el Mare Nostrum sino que tenemos sistemas de gobierno sin representación ni división de poderes; es decir, sin democracia. Esa es la enfermedad

La solución

    Hay que partir solo de las dos premisas que enmarcan una democracia formal. La representación se consigue mediante el diputado de distrito uninominal (nada de listas: ni abiertas ni cerradas) con mandato imperativo (ha de cumplir con los dictados de la sociedad civil, no los del jefe de partido) y revocable (si lo hace mal va a la calle) elegido a doble vuelta (para garantizar la representatividad); y de igual forma y condiciones debe ser elegido el presidente del gobierno y ese presidente tendrá libertad para elegir a sus ministros sin consultar nada con nnadie. Los mecanismos de la separación de poderes: legislativo y ejecutivo deben ser impecables: agua y aceite; y al judicial debemos dejarlo tranquilo que haga su trabajo con una eficiente, bien dotada pagada y reconocida policía a su servicio; y un presidente del tribunal supremos elegido por el poder judicial y todos los que intervienen en el ejercicio de la justicia.
    Intentar parchear el actual sistema de partidos es una labor y un esfuerzo absolutamente estéril. 

    Solo un partido cuyo objetivo único fuese hacerle el harakiri al régimen actual e iniciar un proceso libre constituyente para obtener una democracia constitucional; o bien, mediante una abstención masiva por parte de la sociedad civil para deslegitimar al régimen, seguido de acciones exigiendo y pidiendo la democracia constitucional ante el mundo (Europa, Bruselas, EEUU, ONU) conseguirían el derrumbe de los estados de partidos y  marcarían el camino hacia la democracia formal, y, con ello, la solución a nuestros problemas. Y solo una constitución donde lo único que se reflejara fuesen los mecanismos de representación, control y separación absoluta de poderes puede garantizar esa democracia constitucional. Esos mecanismos están ya inventados hace dos siglos; solo hay que aplicarlos corrigiendo aquellos aspectos que dan dosientos  años de experiencia: sabemos de los fallos que se dan en democracias con solera... podemos usar esa información para instituir algo mejor y ser felices todos, que de eso se trata.
    Vicente Jiménez

lunes, 11 de noviembre de 2013

¿Qué ha estado pasando en nuestros colegios?


Todos iguales... de burros (con perdón de los animalitos).
En primer lugar, los ciudadanos de un gobierno serán mucho más libres cuando el peso de la educación recaiga más en la familia y el de la instrucción en la escuela. Yo tengo dos ideas claras: la educación pertenece a la familia y la instrucción a la escuela. 

Con ello se consigue movilidad social, con lo contrario castas. Lo que voy a exponer se basa en casos extremos y no en lo general, pero si resolvemos los extremos resolvemos lo general. Antes de exponer el problema voy a ofrecer la solución: yo votaría, en una democracia formal, al representante de distrito uninominal con mandato imperativo y revocable que llevara al Congreso propuestas con dos ideas claras:  Derogación de la Ley del Menor y leyes sobre educación e instrucción cuyas propuestas saliesen de nosotros, la sociedad civil.

Los gobiernos, cuanto más totalitarios más se apoderan de la educación de los ciudadanos, y cuanto más liberales más dejan la educación en manos de la familia: así, los gobiernos totalitarios: comunistas, nazis y fascistas llegaron incluso al extremo de secuestrar a los niños de sus padres y llevárselos a sus centros de adoctrinamiento o escuelas cortando todo lazo con la familia; igual que hacen las sectas destructivas.
Eso es algo lógico, ya que para un régimen totalitario los ciudadanos, niños incluidos, forman parte del Estado. Tenemos en ese caso un partido único aunque haya sido votado, la conjunción de todos los poderes en un dictador y el partido dictador controlando los medios de producción, comunicación, la distribución de la miseria para la población y la riqueza para los dirigentes del partido; todo formando también parte de la estructura de Estado.
Un profesor de matemáticas debe preocuparse por enseñar matemáticas: no por hacer de psicólogo, mediador familiar, mediador de conflictos, agente de viajes u otra función que le distraiga de la asignatura que debe impartir. Aquellos profesores que se enorgullecen de ser “educadores” puede que sean buenos mediadores familiares o psicólogos... pero postizos. Ni han sido preparados para ello ni tienen la instrucción: a lo máximo que podrían aspirar es a utilizar opiniones fruto de cierta formación y sentido común, pero jamás trabajarán con los mismos criterios profesionales de verdad con los que lo haría un psicólogo: ya se sabe, aprendiz de todo maestro de nada y zapatero (vade retro) a tus zapatos.
Lo que sí puede y debe hacer muy bien ese profesor es enseñar matemáticas, ciencias, dibujo, historia, idiomas...
Ese es su verdadero oficio, y no otro. Eso es lo que hará bien de verdad; siempre que le dejen hacerlo, claro.
También es cierto que un profesor debe resolver situaciones conflictivas y de socialización impartiendo la disciplina, normas, respeto y puntos de referencia morales necesarios para conseguir una forma de convivencia y aprendizaje con respeto mutuo en el aula y la escuela; pero para ello la sociedad debe envestirlo de la autoridad perdida.
Hay que recuperar el respeto al profesor y la disciplina en la escuela o el instituto; dar normas y puntos solidos de referencia. Sin eso jamás tendremos ciudadanos preparados para la vida y mucho menos para la democracia; que en el fondo de eso se trata este cuento: que jamás tuvimos democracia y la escuela prepara para seguir sin tenerla. 

El fracaso de la enseñanza se veía venir desde el momento en que metieron a niños de primaria en un instituto de secundaria, los mezclaron a todos (comunismo de tribu) y les obligaron a permanecer hasta los 16 años les gustase o no estudiar. Si un joven no quiere estudiar hay que sin ofrecerle la opción de convertirse en aprendiz de un oficio; o formarse en una formación profesional si está dispuesto a estudiar esa disciplina concreta.

Es más, en la atroz mezcla del nuevo centro los niños recién llegados tienen la oportunidad de aprender de los mayores los malos hábitos y actitudes de verdaderos objetores escolares y gamberros que odian estar en el instituto y hubiesen preferido estar trabajando o aprendiendo un oficio ganado algo de dinero; como se hacía antes.

La falsa protección del menor promovida por la izquierda no solo ha creado el peligro sino que ha dejado al profesor solo ante el peligro. Peor aún, ha rizado el rizo dejando también al menor solo ante el peligro con una Ley del Menor impotente ante los abusos del matonismo, la extorsión y el acoso escolar que parece ofrecer una patente de corso ante los casos extremos de asesinatos entre menores.
La corrección política, siempre tan destructiva, ha dejado solos ante en el peligro también a los padres haciéndoles creer que debían ser “coleguillas” de sus hijos en vez de padres, abandonando el rol paternal de educar dando puntos morales firmes de referencia. Todo esto viene de las teoría roussoninas mal entendidas del “mito del buen salvaje”, según la cual, al niño; bueno por naturaleza hay que dejarle hacer lo que le de la gana para que se desarrolle en libertad, ya que el hombre es bueno por naturaleza pero la sociedad lo corrompe. Así, es cuando el profesor intenta lograr esas normas mínimas de orden y respeto cuando sale la fiera de la corrección política y surgen los conflictos entre profesores, alumnos y padres complacientes. Si el maestro castiga al niño es como si unos padres echaran la bronca al médico porque no le recetó a su hijo lo que el niño quería, coartando así su libertad:
- Quedó claro que Jaimito le pidió caramelos para quitarse el asma y no el jarabe que Vd. le ha recetado, ¿cómo se atreve doctor? Aquí quien manda es el niño. Traduzcan este supuesto a una escena con el profesor.

La bochornosa imagen colgada en YouTube de un gamberro bajándole los pantalones a un profesor cuando impotente intenta impartir clase debería quedar en la memoria colectiva como ejemplo del horror al que han llevado esto que los “progres” llaman, como no podría ser de otra forma, “la educación” en vez de instrucción; y nos puede dar idea del grado extremo de descomposición y degradación al que han llegado algunos institutos y colegios. Cuando unos niños y profesores se sienten aterrorizado a causa del matonismo y el acoso escolar es que algo está funcionando muy mal en nuestros centros escolares y en la sociedad. Ni la escuela ni la familia cumplen con su función; pero aún no he visto ni una manifestación de estudiantes ni sindicatos organizando una sola manifestación para remediar una situación que condena a toda una clase social, en última instancia, a la miseria. En cambio, cuando cuatro golfos (y los llamo así porque o se les ve demasiado mayores para pertenecer al instituto o cobran por montar la huelga) que jamás han aparecido por el instituto o la universidad se cuelan en una clase, la interrumpen y dicen que hay que hacer huelga, o impiden el acceso a los centros mediante la coacción o la agresión es que hemos perdido el norte ¿Dónde está ahí la democracia? Desde luego no son ni los que irrumpen en la clase a imponer huelgas ni los que les siguen como corderos  quienes  saben el significado de esa palabra: democracia; la única solución y la única cura a esta enfermedad terminal que estoy describiendo, casi desde las trincheras. Recuerden que di la solución antes de exponer el problema: democracia formal y tener un representante en las Cortes.

Quid prodest

Ahora bien, si yo me hubiese constituido en parte de una casta parasitaria querría que mis hijos heredasen mis privilegios, simplemente por estar en el cargo o incluso sin ni siquiera hacer acto de presencia, y saborear los deleites de todas mis prebendas: oficina decorada a mi gusto con el dinero de los contribuyentes, viajes, secretario, escoltas, Visa, gastos pagados, hoteles y restaurantes de lujo, vacaciones, una buena cuenta corriente, coche y puede que hasta amante oficial.
  • Quiero que mis niños puedan ser en el futuro tan parásitos como yo y puedan vivir ociosamente ocupados, como yo
Por supuesto, esos niños no irán a esos centros donde un matón les puede pegar una hostia, acosar impunemente, quitar el móvil, el dinero, la chupa o insultar a un profesor y bajarle los pantalones. 

Eso está bien para la purria... que la chusma siga revolcándose como cerdos en el barro de su ignorancia: de vez en cuando les enviamos a nuestros sicarios y montamos una huelga y una manifa controlada, que parezca que hay oposición...
Y la función de los profesores continuará en hacer de psicólogos a la fuerza sin serlo para resolver problemas de una sociedad enferma, resolver conflictos que se amontonan y sobrevivir un día más sin que nadie les baje los pantalones: metafórica o físicamente; todo menos dar clase de matemáticas, que debería ser su casi única función. Que aparentemente los alumnos sientan la libertad de expresarse y actuar libremente ellos, y sus hijos, y los hijos de sus hijos: odio a la autoridad del profesor, libertad para convertirse en verdaderos objetores escolares y sentirse totalmente protegidos por el sistema para ejercer esa función: impedir que se dé clase. Además, al final, todos aprobados y con becas... o sin ellas, si la casta se ha gastado ya todo el dinero; pero manteniendo a todos iguales de burros.
Mientras, mi hijo irá a una escuela de elite en Suiza, Inglaterra, o EEUU.

Está claro quien será parte de la clase dirigente y quien relegado a ser parte de una chusma sin ni siquiera ser consciente de ello. No se me ocurre una forma más atroz de condenar a la sociedad civil a la  ignorancia e ignominia: a no conseguir nunca la democracia y poder ser manipulados. No se me ocurre una forma más atroz de desigualdad e inmovilidad social mediante la demagogia del “todos iguales”, si; pero todos iguales de burros ejerciendo comunismo postizo de tribu. Todos somos iguales; pero parafraseando a Orwell: unos mas iguales que otros.
Piensen en ello...
Vicente Jiménez




martes, 5 de noviembre de 2013

Directos hacia el liberalismo: John Locke


"Men living together according to reason, without a common superior on earth, with authority to judge between them, is properly the state of nature." John Locke (1632-1704)

“Todos los hombres guiados tan solo por la razón, sin nada superior a ellos en la tierra, sin autoridad para que se juzguen a unos y otros, es a lo que podemos llamar estado de la naturaleza”

The Estate of Nature o “Estado de la Naturaleza” - una idea común utilizada en los albores de la ciencia política moderna desde mediados del S XVII, donde se parte de un supuesto teórico: cómo sería el hombre en su estado natural si lo extrajésemos de la sociedad, fuera de la familia y sin el deber de subordinación a ninguna autoridad ni propiedad. Ese estado de la naturaleza primigenia deja al hombre solo ante los otros hombres, y se parte de un estado de igualdad ya que la naturaleza no pertenece a nadie: nadie puede apropiarse de un río o una montaña. Cómo se desarrolla ese hombre hasta llegar a las sociedades complejas y cuáles serían las posibilidades teóricas de relación desde que el primer hombre se encuentra con otro hombre, y cómo se monta el entramado de relaciones entre iguales hasta llegar a los distintos tipos de sociedades complejas desiguales es lo que en general se plantearon filósofos como Hobbes, Locke y Rousseau. Estamos en la época donde empezaron a desarrollarse también las ciencias modernas, y toda ciencia necesita de una unidad desde donde montar toda su estructura. Pues bien, esa abstracción del hombre aislado (mito de Adán en el judeo-cristianismo) constituye la unidad desde donde los distintos filósofos-científicos montaron también sus modelos para explicar ese salto desde el Estado de la Naturaleza donde primaría la igualdad de una ideal dorado hasta llegar a las injusticias y desigualdades sociales. El gran salto fue el plantearse cómo corregir las desigualdades que se daban en sus propias sociedades y encontrar la génesis de este problema no en sus propios países sino también en otras épocas históricas anteriores como Grecia, Roma, Edad Media..

Así ya vimos como Hobbes llega a la conclusión de que el hombre es libre por naturaleza y solo mediante un contrato social realiza un pacto para evitar males mayores: la guerra de todos contra todos; lo que obligaba a ponerse bajo el paraguas protector de un superman en quien se concentraban todas las virtudes, pero también todos los poderes.

Pero Locke coge esa misma unidad y la proyecta bajo una perspectiva distinta; y ésta tiene que ver con la usura y la propiedad. Locke apunta ya directamente hacia lo que se desarrollaría posteriormente como liberalismo; el laissez-faire y la propiedad por el trabajo. Básicamente, lo que plantea es que, por ejemplo, supongamos una manzana que ha crecido en un árbol salvaje en ese estado ideal de la naturaleza; pero desde el momento que eres tú quien la recolecta, ya has realizado un trabajo; y ese trabajo te da derecho de propiedad sobre la manzana. Es decir, para Locke la propiedad viene como un derecho natural que proviene del trabajo. En la Edad Media, la Iglesia Católica dominante prohibía la usura; función que recogieron los judíos prestamistas de muy buena gana y cuya religión no les prohibía para nada el mercadeo y la obtención de ganancias mediante préstamos abusivos; si bien es cierto que la Iglesia medieval basaba su riqueza en la propiedad de la tierra más que en el dinero. Para Locke, puesto que el prestamista realizaba un trabajo con el dinero, bien merecería la recompensa por ese trabajo. Tú recolectas dinero con el préstamo, pues la propiedad de ese dinero es tuya: la misma lógica que con la manzana...

Lo que hicieron los cristianos protestantes fue adaptar una nueva forma de cristianismo más acorde con el tipo de riqueza que poseían las sociedades de comerciantes: el dineroi.

Locke argumenta que el estado de la naturaleza no es un estado de anarquía, sino un estado de perfecta igualdad. Solo cuando aparecen los conflictos sobre la propiedad y la libertad es cuando aparece la necesidad de una sociedad civil. Al contrario de Hobbes, no nos unimos para preservarnos de guerras sino que la función del gobierno es la triple preservación de la vida, la propiedad y la libertad.

El gobierno para Locke es simplemente un elemento en ese proceso de preservación: el gobierno tampoco es estático. Debe responder a los cambios de las necesidades humanas.

Ya tenemos montado el entramado del liberalismo. Una base política social para la Inglaterra cuna de la Revolución Industrial. Quienes la promovieron fueron un tipo especial de cristianos protestantes: los cuáqueros. Pero eso lo dejamos para el siguiente capítulo. Después iremos al filósofo impulsor de las teorías socialistas: la otra rama de organización social. Rousseau llevará al máximo ese Estado Natural para deslizarse hacia la teoría del “mito del buen salvaje”. Si Locke conduce al liberalismo Rousseau inspirará las futuras teorías socialistas. Eso nos situará en la dicotomía del Capitalismo vs. Socialismo.

Vicente Jiménez


i Aunque empezaron los calvinistas, quienes adaptaron muy bien las teorías de Locke sobre la propiedad, el comercio, la banca, la ingeniería, y la ciencia fueron un tipo especial de protestantes: los cuáqueros. Aun cuando Burke expone magistralmente